Sobre varios asuntos

Hace tan solo una semana, mi lectora más fiel, Ana, me recordó que tengo el blog un tanto olvidado. Sus llamadas de atención suelen funcionar y pienso en ponerme las pilas, pero luego regreso a la realidad, se me acumulan las tareas y vuelvo a dejar pasar, quizá, demasiado tiempo. 

Hoy, le pongo remedio, pero no me pidáis orden porque en mi cabeza bullen varias ideas, libros, cuestiones y una exposición. 

Empezaré por el principio, que suele funcionar. 

- El pasado 8 de marzo me manifesté. Lo hice junto a tanta gente, y cogida de la mano de mi pareja, que hasta lloré de la emoción. Ese día en mis redes compartí un texto. Lo escribí en un banco, helada de frío, frente al Círculo de Bellas Artes. Lo hice entre las 16 y las 18 horas, cuando paré y abandoné mi puesto en la agencia en la que trabajo. Lo hice, como digo, helada y evitando  incumplir la huelga también de consumo, y meterme a tomar un café calentito. Allí, en ese banco escribí:

He crecido en un hogar igualitario, pero he vivido multitud de hechos, más y menos grandes, que me han hecho sentir que ser mujer es diferente. Aquel 26 de junio de 2015 en el que aborté, me rebelé porque el gobierno de Navarra nos sometió a violencia obstetricia a mi pareja y a mí. Nos obligaron a abortar en otra comunidad, me anonimizaron y pasé a ser un código numérico. Durante esas 24 horas, las peores que he vivido hasta la fecha, sentí que no era lo suficientemente feminista. A mi madre, que agarraba mi mano, le repetía una y otra vez que no había derecho, que quería dormir en mi casa y que debía contárselo a alguien con autoridad en el mundo sanitario. Ése fue el principio de una nueva actitud para cuidar y denunciar el lenguaje y los hechos. Hubo cambio de gobierno, con una mujer al frente: Uxue Barkos. Y el equipo del consejero de salud, Fernando Domínguez, me escuchó. Sin cita previa. Quise contarles cómo eran tratadas las personas ante un aborto en Navarra. Quise hacerlo para que no lo sufrieran más mujeres ni más hombres. Ariadna no llegó a vivir. Por ella, por las que nos preceden, por las que somos y por las que serán: Mujeres, no nos quedemos quietas #womenstrike #yoparo#feminismo  #abajoelpatriarcado

ABORTO LIBRE Y GRATUITO, YA.


Lo acompañé de la bella ilustración de Paula Bonet sobre la huelga por parte de las mujeres del mundo del libro. 




Ella también ha sufrido varios abortos y ha contado su experiencia en las redes sociales generando respuestas de hombres y mujeres que a mí, que he leído la mayoría, me han emocionado enormemente. 

El trabajo de Bonet me gusta, me gusta muchísimo. De hecho, tengo sus libros y en nuestra casa cuelga esta obra. Os recomiendo seguirle la pista. 






- En estos días, he leído un libro: Morder la manzana. Lo firma Leticia Dolera, una persona que me parece realmente interesante y con un discurso necesario. Leedlo y os sorprenderá que la cultura patriarcal, el paternalismo, el poso cristiano y el machismo los tenemos metidos hasta las entretelas. Pero podemos cambiar muchas cosas, empezando por nuestra mirada, nuestra actitud, nuestro lenguaje. 

Yo llevo una larga temporada observándome y observando a los demás. Y yo también doy muestras de ese legado cultural que no me gusta nada de nada. Paso a paso, pero de forma firme y consciente. 

Si tenéis redes sociales, os recomiendo seguir tanto a Paula como a Leticia. Ellas son grandes observadoras y lo comparten activamente. 







- Desde hace semanas quería visitar una exposición. La oferta de Madrid es tan extensa que se me acumulan las muestras que quiero ver, pero sabía que ésta no debía dejarla pasar. Hoy, he recorrido con absoluta emoción Auschwitz

Está en Madrid, en la sala del Canal de Plaza Castilla, hasta junio. No dejéis pasarla. Os diré que, si no vivís aquí, puede ser la excusa perfecta para programar una escapada. 






A mí, que generalmente no me gustan los espacios masificados, hoy me ha alegrado comprobar que éramos tantos los allí reunidos. 





He dejado escapar algunas lágrimas al escuchar el testimonio de una superviviente que explicaba cómo una de sus tareas era clasificar las ropas y pertenencias de quienes habían sido asesinados. Entre aquellas prendas, descubrió el jersey de su hermano. 








He recordado pasajes de los tres libros que en su día leí y que firmó Primo Levi. Creo que volveré a ellos muy pronto. 





Me he sentido profundamente enfadada porque, como reza el el subtítulo de la muestra, esto ocurrió "No hace mucho. No muy lejos", pero sobre todo porque HOY siguen ocurriendo hechos atroces, asesinatos, genocidios... Sí, siguen ocurriendo, y desde nuestra cómoda posición seguimos mirando a otro lado. Es fácil porque no somos nosotros las familias, niños, mujeres, hombres, ancianos que caminamos sin rumbo porque nos han despojado de nuestras vidas.

Y eso me produce malestar, me revuelve el estómago. 

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