¡Gracias, amigos!

Hace algunos años, muchos años, alguien que ocupaba un lugar especial en mi corazón me hizo una pregunta:

¿Crees que cuidas de tus amigos?

Entonces, pensé que no era necesario, que los amigos siempre están ahí, siempre responden, casi nunca fallan. Lo pensé y fue aquella mi respuesta, pero poco después me di cuenta de que estaba equivocada. Efectivamente, a los amigos hay que cuidarlos. 

Ayer, y estos días de atrás, varios mensajes y conversaciones telefónicas me han hecho sentir que, pese a la distancia, estoy rodeada de grandísimos amigos. 

Carmen y Patricia están, casi cada día, al otro lado de ese grupo de whatsapp en el que damos rienda suelta a nuestro lado más salvaje. ¡Cuánto tiempo ha pasado ya desde la residencia de Zaragoza!

Rubén, viva dónde viva, ahora más cerca, se mantiene también a un paso emocional de mí.

Elena y Rosa Eva, que me repiten toda la fuerza que hay en mi interior, y al tener mi primer libro entre sus manos, dicen reconocerme tal como era antes.  

En estos días, he descubierto lo emocionante que es reunirse, abrazarse y sonreír, frente a frente, con los ojos más brillantes si cabe, al encontrar a amigos a los que hace tantos años que no ves. Como Álvaro, quien tanto me ayudó en aquellos momentos de transición, en los que llegaba de la pena y me acercaba a la felicidad de nuevo.

Óscar, compañero de mil reportajes y otras tantas cervezas en los bares de Madrid. Fue verdaderamente reconfortante charlar con él, que se encuentra a tantos kilómetros, y compartir planes de futuro. 

Los amigos son esos seres que te comprenden, que adivinan cuando no puedes hablar y prefieres callar, pero que el hecho de sentirlos al lado actúa como un bálsamo. Son esas personas con las que sientes que el tiempo no ha pasado, pese a su fugacidad. 

Ahora que vivo en una ciudad sin amigos, sé que los tengo y muy importantes, aunque se encuentren en otros lugares. Los encontré hace muchos años y nada ha cambiado. 

Otros, llegaron recientemente y a ellos también debo agradecer estar ahí. Óscar y sus llamadas con diferentes voces que siempre me hacen reír... Miguel, a quien tanto admiro. 

A vosotros, a todos, gracias por ser y estar tan cerca.

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