Es sencillo

A veces sentirse bien lo es.

Otras, no. Por más que te empeñes, desees y anheles.

A veces es tan fácil como encontrarse en un banco, cercano al Museo del Prado y dejar que la noche caiga.

Caminar sin rumbo en busca de una cerveza y tomarla en ese lugar al que en otra vida fuiste, con otra persona, de otra manera.

Y seguir caminando, entrada la noche, a pesar de ser lunes.

Terminar en la Plaza Mayor. Otra cerveza y ensaladilla rusa, increíble.

Buscar el metro, el autobús, un taxi... y terminar en la terraza de Diego, que esa noche inicia temporada...

A veces, es sencillo. Otras no.

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