Barcelona, una y otra vez

Como buscadora nata de buenas sensaciones, pocos lugares me dejan indiferente. Ummm, si lo pienso, no hay ninguno.

Madrid me emociona y Barcelona sacude mi ánimo a cada paso. De ella me quedan sensaciones deliciosas.

Conversaciones a altas horas de la noche en una casa de Milà i Fontanals. Ya sin vino, ya sin cerveza.

Desayunar tostadas con mantequilla -mucha mantequilla- sola, con la única compañía de una leve resaca. Desayunar fuet con tomate (sin dejar de repetir, entre bocado y bocado, ¡qué rico!) al ritmo de Loquillo y su 'no hables de futuro, es una ilusión' en el Mercado de San Antonio.

Y comer, seguir comiendo...

Alcachofas asadas en la terraza de un bar llamado Morryssom.

Gambas de Palamós en Koy Shunka (www.koyshunka.com).



(© Foto Cardamomoyclavo)


Atún maravilloso en Big Fish (www.bigfish.cat). Realmente único.

Y comenzar la noche en la barra del Dry Martini (www.drymartinibcn.com) tomando un Jim Let Fox Trot.



Para luego, descubrir que su restaurante, Speakeasy, es sencillamente genial.




(© Fotos Jordi Poch-Dry Martini BCN)

Cruzar el umbral de Como agua de mayo y descubrir las joyitas de Oliphant (www.oliphant.es).



 (© Foto Oliphant)

Pasar por delante de un café llamado Silenus (www.restaurantsilenus.com) en el que hace años me detuve sintiéndome realmente triste. Pero ya pasó.

Por casualidad, encontrar la bendita churrería... que aquella madrugada nos salvó.


(© Foto Cardamomoyclavo)

Tener la certeza de que algunas cosas solo funcionan en esta ciudad.




(© Foto Cardamomoyclavo)


Adornar mi cabello con una diadema que encontré en Oslo Work & Shop (www.oslobarcelona.com).

Y sí, recordar también que una vez dormí en un hotel (www.hotelneri.com) con vistas a la Plaza de San Felipe Neri.

Barcelona estimulante.

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